Victorio Oxilia Dávalos

Mié, 10 Jun. 2020 | 10:29
Físico investigador

Actualmente, se desempeña como Director de Investigación y Posgrado de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción. En el año 2010, fue elegido por 27 Ministros de Energía de América Latina y el Caribe para dirigir la Secretaría Permanente de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). Su principal línea de investigación se relaciona con la integración energética y la gobernanza de recursos energéticos. Se encuentra categorizado en el Nivel II del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) del CONACYT desde el año 2015.

En esta entrevista, nos cuenta cómo empezó su interés por esa área de la ciencia y decidió dedicarse a la investigación. Así también, nos habla de sus trabajos actuales y de sus aportes para la ciencia paraguaya. 

¿Cuándo y cómo nació su interés por la investigación científica?

Desde muy pequeño me interesó conocer los fenómenos naturales, cómo explicarlos, y saber lo qué pasa en el mundo natural. Esa curiosidad fue esencial para que naciera mi gusto por la ciencia. Todo esto me inició cuando tenía 10 años, aproximadamente, y se fue profundizando a medida que fui conociendo las asignaturas de la enseñanza media relacionadas con las ciencias naturales, la física, la química, las matemáticas, etc.

Siempre tuve un interés por conocer más de lo que nos enseñaban en el colegio. El pensar me generaba muchas preguntas. Es decir, mi curiosidad iba más allá de lo que los profesores nos comentaban en las clases. Puedo decir que mi interés por la ciencia se extendió cuando yo estaba en la primaria y se profundizó durante la secundaria, lo que fue fundamental para decidirme por una carrera científica.

¿Por qué decidió dedicarse a la investigación?

A inicios de la década de 1980, decidirse por una carrera científica no era una cuestión fácil, ni común. Menos aún en Paraguay. La gente se inclinaba más por profesiones rentables como medicina, ingeniería, economía. Entonces, optar por una carrera en ciencias básicas era algo inusual, pero yo tenía el interés de conocer – o mejor, entender - más a fondo los fenómenos naturales principalmente. Era dar continuidad a la inclinación por el conocimiento que sentía desde pequeño.

Allí tuvo, tal vez, un rol importante un profesor de cosmografía que tuve en la secundaria, el profesor Alexis Troche Boggino. También enseñó en la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), tuvo una participación crucial en la instalación del observatorio astronómico, ubicado en la institución.

Durante las clases de cosmografía de 1980, me interesaron más aún las ciencias físicas, la astrofísica y la cosmología. Yo diría que ese profesor tuvo una influencia muy importante en esa época; y me ayudó a orientar ese interés en esta carrera científica.

¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?

Mi principal línea de investigación es la integración energética y la gobernanza de recursos energéticos compartidos por varios países. Está muy relacionada a una gran o peculiar característica del Paraguay, por el hecho de compartir un río internacional que constituye frontera natural con Brasil y Argentina, y que posee un enorme potencial hidroeléctrico. Uno de los más importantes de Suramérica. Actualmente, está siendo aprovechado por las dos centrales binacionales que tenemos. Podemos aprovechar los recursos naturales que son compartidos con los países mencionados. Pero lo más importante es: de qué manera distribuir los beneficios que provienen del aprovechamiento de los recursos naturales compartidos; o, tal vez de una manera más enfocada a la realidad nacional, cómo podemos aprovechar mejor de esa energía para nuestro desarrollo y para enfrentar las grandes necesidades que poseemos y las desigualdades sociales.

Esa es mi principal línea de investigación, con métodos que buscan identificar qué motiva a los países y a los grupos económicos, sociales y políticos a impulsar los proyectos de integración energética; y cómo se producen las decisiones con relación a la distribución de los beneficios oriundos de los aprovechamientos energéticos. También cuáles podrían ser las políticas y las estrategias para aprovechar mejor la energía en función de objetivos de desarrollo. Para ello, utilizamos diversas técnicas que provienen por ejemplo de la decisión multicriterio, la comparación de políticas públicas, análisis sistémico, etc.

Este enfoque busca discernir de qué manera la formación socioeconómica y los intereses de los grupos económicos impulsan o no un proyecto de integración energética.

¿Tuvo algún mentor o tutor que le haya marcado u orientado en su línea de investigación?

En mi línea de investigación tuvo una influencia muy importante un profesor de la Universidad San Pablo, quien se formó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Es uno de los principales referentes del sector energético brasileño y posiblemente de América Latina, el Dr. Ildo Sauer. Fue mi tutor de la tesis de doctorado; su influencia y orientación fueron fundamentales para interesarme por cómo se gesta un proyecto de integración energética y de cómo los intereses económicos están presentes en el diseño, uso y administración de esos proyectos. La contribución intelectual que tuve del profesor fue de gran valor para mi vida académica.

¿Cuál cree usted que ha sido el aporte más significativo que ha dado a la ciencia y al Paraguay en sus años de trabajo?

La contribución más importante ha sido la tesis de doctorado, porque en ella hay un análisis muy profundo y sistematizado de tres proyectos de integración energética. Es una contribución teórica inédita que tuvo como objetivo explorar la relación entre paradigmas de desarrollo económico y las relaciones de producción, los proyectos y de qué manera se distribuyen los beneficios. Son proyectos que se realizaron en épocas distintas y con paradigmas diferentes.

El primer proyecto, es un caso de integración energética ejecutado con base en un modelo keynesiano de intervención de los Estados en las actividades económicas. Se trata de ITAIPU y sus implicaciones para el desarrollo del capital industrial nacional en los países socios, pero con imbricaciones estrechas con el capital internacional. Hubo beneficios para los Estados.

En el segundo proyecto, se tiene un paradigma neoliberal, pero con una intervención de las empresas del Estado como Gasbol (el gasoducto boliviano-brasileño), pero en ese caso una empresa pública, PETROBRAS, se involucra para garantizar comercialmente la operación, es decir, para asumir los riesgos de un negocio que finalmente es manejado en una buena parte por el sector privado, en particular, el capital internacional del sector energía. La empresa PETROBRAS asumió riesgos y tuvo consecuencias negativas. Las empresas privadas buscaron asegurarse las ganancias.

El tercero es una intervención exclusivamente de actores privados, es el gasoducto Gas Andes de Chile y Argentina, donde los riesgos caen en manos de los propios consumidores (el pueblo chileno), en el que aquellos que consumen y pagan el servicio son los que asumen el riesgo de toda la operación. Es un concepto totalmente liberal que busca garantizar la inversión del sector privado y blindarla, localizando los riesgos de manera en que las empresas promotoras sean las menos perjudicadas en el caso de que la situación prevista como riesgo se dé.

Entonces, ese análisis realizado en el doctorado es una de las contribuciones más importantes, no solo para Paraguay sino para la región. Muchos colegas de otros países me dicen que utilizan el material como una referencia de lo que pasa en la integración energética.

Otra contribución importante y actual, tiene que ver con la manera de aprovechar mejor la energía de las entidades binacionales. Cómo podríamos obtener mejores beneficios, por ejemplo, a través de los mercados eléctricos de la región, como el de Brasil.

Comparamos lo que pasaría o qué beneficios obtendríamos al comercializar de forma directa la energía paraguaya en el mercado brasileño en situaciones especiales.

También levantamos con técnicas de análisis de acciones aprendidas, 40 años de negociaciones en las centrales hidroeléctricas binacionales, mediante las experiencias de los actores que han estado presentes en esos proyectos, con base a eso estamos, en estos momentos, generando algunos escenarios posibles que se podrían dar en la negociación del Anexo C del Tratado de Itaipú. Es uno de los desafíos que tenemos actualmente en el sector energético paraguayo.

¿Qué espera de los jóvenes que se dedican a la ciencia y a la investigación?

En primer lugar, la juventud debe estar comprometida consigo misma en el sentido de incorporar a la ciencia en su desarrollo personal. La inclinación hacía la investigación, curiosear, ayuda al crecimiento personal. La formación es un compromiso consigo mismo.

En segundo lugar, comprometerse con su país, buscar de qué manera se puede apoyar o responder a las preguntas relacionadas al desarrollo social y económico del Paraguay, cómo llegar a los grupos más vulnerables. Las Naciones Unidas con la Agenda Global de Desarrollo Sostenible para el 2030 ha lanzado un eslogan muy importante: no dejar a nadie atrás, es decir, que cada ser humano tiene valor, sin exclusiones. Debemos buscar la manera de incluir a todos, ese es un tema que no está resuelto. América Latina es una de las regiones más desiguales, en donde las minorías son marginadas. Paraguay es un campo de desigualdades en varios campos. Entonces debe haber formas de integrar más a esta sociedad; e impulsarla hacia el desarrollo.

   

¿Qué le diría a los que desean dedicarse a la investigación?

Los jóvenes deben preguntarse de qué manera pueden contribuir al desarrollo de tecnologías que hagan que nuestra producción sea más competitiva, no solamente en el proceso, sino también de qué manera la infraestructura podría atender mejor a las necesidades logísticas. Estamos en un país mediterráneo donde el tema de transporte tanto de los insumos importados, como la exportación se vuelven difíciles, por eso hay que buscar maneras innovadoras de atender esas áreas.

Actualmente, estamos viviendo la pandemia de la COVID-19. Ello nos coloca ante el desafío de aggiornar (poner al día) nuestra economía y el modo de vida con base, prácticamente, en el uso las tecnologías. Hacemos un uso intensivo de ellas para facilitar nuestra vida durante este periodo. Esto tendrá un impacto en el futuro. Por eso debemos utilizarlas de manera efectiva, pero al mismo tiempo no debemos dejar de lado la necesidad de mantener un mercado laboral, de oportunidades para un importante contingente de jóvenes paraguayos

Buscar cómo adaptarnos al uso de las tecnologías y al mismo tiempo cómo atender a las necesidades de puestos de trabajos de la gente. Son dos aspectos que se deben tener en cuenta.